Aún recuerdo emocionada el viaje de Enero por Marruecos...como cada pequeña cosa nos llenaba el alma...Después de pasar la noche en el desierto, nuestro amigo Rachid nos llevó a vivir una experiencia única. El sol brillaba y se adentraba en la fresquita casa bereber. De repente nos rodeamos de unos diez músicos ataviados con túnica blanca. Uno de ellos se acercó a invitarnos a té mientras el resto comenzaba a tocar. El sonido de los metales (5 músicos con sus crakebs) se colaba muy a dentro, otro tocaba el guembri (bajo árabe) y el resto percusiones. Sus voces unidas retumbando en la casa vacía. Nuestros pelitos de gallina... Rachid se levantó para tocar el guembri con ellos y el músico que quedó libre vino a invitarnos a bailar... De repente los cuatro bailando en circulo... yo sólo distinguía el tamaño de sus sonrisas... y en sus ojos veías que estaban tan emocionados como yo... Cualquier imagen queda pequeña... pero espero que las disfrutéis...
Enero 2014, Erg Chebbi
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